Desierto

La voz en off que me habla todo el tiempo, pero no distingo completamente, no logro decifrarla...
¿Que quiere decirme? lo unico que logro distinguir es una ebullición de palabras que no tiene fin.
Mi oídos que no quieren escuchar...
Y la soledad misma que derrite el aire, el suelo y el calor que no deja de sofocarme.
Me falta el aire. Me sobra peso.
Me sobra Yo.
El viento no trae alivio, el viento es caliente como el aire que respiro hace dias.
El viento ni siquiera es viento, es tormenta y en la tormenta no veo, porque la tormenta acá donde estoy no es agua, es arena.
Arena, que penetra hasta el alma, arena que no te deja ver, arena que te hace llorar.
Arena para modificarte.
Y yo que quiero escapar, me quiero esconder. No quiero estar acá.
El viento y la arena no son la mejor compañía en soledad... pero son la única que podes tener.
Llega un punto donde todo esta en juego: la vida, la mente, el corazón...
El momento exacto en que ya no queres rendir ni dejar nada más, porque dejaste demasiado.
Y ahi peleas, peleas porque tenes derechos, porque nadie te puede obligar, argumentas, argumentas y argumentas... en vano. Pero seguis sin entender esa voz.
Y después de esa pelea de palabras que te derrumba por completo, porque no fue una pelea mas, fue un terremoto que te golpeo con la realidad que estas viviendo, un terremoto que te enfrenta con vos mismo. El terremoto del que por tanto tiempo te escapaste, el espejo del alma que no muestra la mejor imagen de uno mismo.
Después de esto, después, te derretís de dolor en el calor del fuego que te envuelve, que parece que no pretende dejarte. Un fuego hiriente que penetra hasta lo mas profundo y limpia consumiendo todo a su paso. El fuego que trae sanidad y purifica.
Fuego consumidor.
Una pausa en la eternidad de este desierto.
Y un silbo apacible y delicado que trae alivio, que trae claridad...
y en esa claridad distinguis la voz, la voz que no querias escuchar, la voz que no entendias...
Su voz...

¿Y el desierto?
Y el desierto es otra experiencia de amor con El.

Carta de Francia

Querido Phill:

                    Mientras escribía pense en que iban a pasar muchos días antes de que te atrevas a abrir esta carta, y le pidas a alguien que te la lea... pense que la ibas a llevar a la vieja casa del árbol, que la ibas a tener en las manos, darle vueltas al sobre, olerlo una y muchas veces mas. ¿Fue así Phill?

Te vi sentado en el granero, quieto, percibiendo el campo sin saber que hacer.

Te vi llorando también... bueno, te imagine. No soy omnipresente todavía, quizás en algún momento logre serlo y ese día seguro sería tu fin porque odiarias que regrese cada vez. (sé que no)

                   Si seguis manteniendo la costumbre, no revisaste la caja antes de leer la carta...

Te hice una torta! que seguro llegó dura, pero al menos se que cumpli con mi palabra. No hace falta que la guardes. Tambien hay una pluma que llegó volando y se quedo en mi sombrero el día que nos separamos, no supe que hacer con ella... quizas sirva para tu colección. ¿Que mas? Una medalla, mi pañuelo con tus iniciales (logre bordarlas haciendo mucho esfuerzo), hojas con aroma a caramelo para que no olvides recordarme cada vez que las huelas... y creo que nada más...

                  Ay! Phill si supieras cuanto extraño salir a caminar y que el sol nos abrace... hace dias que solo llueve y ni siquiera puedo asomarme al patio.

No me gusta este lugar, es frío y triste, oscuro para mi, aunque no se compara en nada a la oscuridad de tus ojos... admiro que no lamentes tu oscuridad y disfrutes de la libertad de tus sentidos. Me haces falta Phill.

                  Extraño la libertad que juntos compartíamos. Acá las personas corren sin siquiera saber porque, hablan rápido, tropiezan con uno y siguen de largo,  se quieren escapar de la lluvia corriendo y ambos sabemos que de la lluvia nadie puede escapar. Yo sin embargo, la disfruto y camino lento... como me enseñaste a hacerlo.

                  A veces escucho la música de los que tantas veces te hable, la que escuchaba hace unos años mientras corria entre la gavilla y que aprendiste a escuchar.

Y corro Phill, vuelo con la libertad que me da el viento, me rio, canto y grito...

Y vuelvo a extrañar encontrarte en el granero, sentado en silencio, esperando que llegue, pero sabiendo que estoy ahi.

¿Como esta Seven? ¿Sigue ladrando como siempre?

Espero tu pronta respuesta Phill, no me olvides.

                                                      Te abraza, tu querida Francia.

                                               "Vayamos a caminar, el sol nos abraza"

Pensamientos

Todos los dias iba al mismo lugar, pero con distinto recorrido. La cotidianidad lo aburria. Con su bicicleta celeste algo oxidada se dirigia a trabajar siempre por una ruta diferente. El sol que entibiaba su rostro y el viento que jugaba en su pelo dibujando nuevos y extraños peinados. Nada mejor. La rutina de lo no rutinario.

Lleva los auriculares puestos. música a todo volumen.
El calor lo sofoca, el viento ademas de jugar con su pelo, levanta polvo alrededor y hace que no pueda ver.
Entrecierra los ojos mientras que sin perder el equilibrio se limpia las gotas de traspiración que juegan carrera en su frente.
Y pretende disfrutar...

La musica lo aísla en su propio mundo, donde el volumen alto ahoga sus pensamientos. No los quiere escuchar. La mente suele jugarnos sucio y el lo sabe. No quiere maquinar un pensamiento que despues no pueda controlar. Pero ni el viento, o la musica, o el calor, pueden acallar lo que envuelve sus pensamientos hace ya unas semanas.

Pedalea mas rápido, queriendo escapar. Finalmente sus pensamientos ganan la batalla, y se deja llevar. Irresistibles, dulces, seductores. La muerte misma. Y aparece ella, sus ojos, sus labios, el rostro perfecto de lo femenino, tan cruel, hiriente. La contradiccion personificada.

Se pierde en sus pensamientos. Y en su pecho una mezcla perfectamente proporcional de placer y dolor lo ahoga. Su figura aparece y el resto desaparece. Toda ubicacion espacio-temporal se pierde cuando cae en su subconciente. Los sentimientos cobran fuerza y hasta le parece pedalear mas rapido en su bicicleta contrastando con su contexto, que lentamente tiende a detenerse.

Pierde el sentido, el equilibrio y hasta el oxigeno. Y siente y ve como la germinación de la semilla que ella clavo en el medio de su pecho no para de crecer y lo que apenas era un sentimiento sin sentido alguno ahora cobra fuerza siendo una enredadera sin principio ni fin que lo tiene atrapado. Ama, odia... ni siquiera sabe que siente, cierra los ojos... Un golpe, dos segundos no siente mas.

Por Matías L. Gomez y yo... Gracias flaco! amigos como pocos.