Alguien que transmite mas de lo que en realidad transmite.
Alguien que transmite mas de lo que en realidad quiere decir.
Solo es cuestión de observar, de descubrir, y para descubrir hay que mirar.
Mirar sin ser mirado, mirar sin que te miren, observar de lejos, pero viendo cada detalle.
Todo delata, gestos, movimientos, tonos de voz.
Alguien que no pueden mantener firme la mirada, entrecierra los ojos si miente, mira para otro lado cuando dice algo que lo avergüenza, mueve las manos sin parar, habla rápido o lento, sobre explica lo que explica, no se queda quieto, frunce el ceño...
Creo, que es alguien que en realidad dice todo lo que calla.
Solo hay que saber entender, interpretar.
Y para interpretar hay que practicar, y para practicar observo.
Y observando paso el tiempo y me pierdo de mil cosas pero encuentro dos mil mas, que no siempre son útiles en el momento. Suelen ser una especie de tesoro. Una carta bajo la manga para algún momento especial. ¿Para que? tampoco se...
Y así prefiero dejarlo, sin principio ni final... transmitiendo lo que no puedo interpretar de mi o interpretando lo que de mi no puedo transmitir.
...
Hace unos cuantos de dias que ella observa todo lo que hace, pero te cuento un secreto: no se anima a cruzar.
El eterno valle de las palabras que nos separan - piensa y suspira.
Ultimamente su vida son suspiros y ansiedad... si tan solo contara cuantos veces suspiró hoy, le sobraría el aire para una semana.
Si, exagero. Ella no.
La picardía del amor.
Se sonroja, se pierde un poco, pide perdón mil veces y vuelve a equivocarse en la misma ocasión.
Torpe de vocación.
Perdida en un mundo que imaginó, lleno de inventos que inventó, de personas que conoció y de tanto que admiro. Y hace algunas palabras todas terminan en o.
Demasiada rima para esta ocasión sin importancia.
Decía, esta no se anima a cruzar. Ni siquiera puede hablar, ¿que podría decir?
Así que como cualquier pensador con las rodillas arriba y las manos haciendo de soporte a la cabeza, se sienta en el cordón de la vereda y observa todo lo que hace. Desde que empieza hasta que termina su dia.
Tanta vergüenza para tan corta edad.
Horas y horas... el sol hace que su pelo brille mas, que las pecas resalten en su cara inmaculadamente blanca, un adorno de la naturaleza que combina con sus ojos azules muy redondos.
Los dias de lluvia hace lo mismo desde la galería de la casa. Se siente en la misma posición que cuando se sienta en el cordón, pero en la silla azul.
Igualmente no ve nada porque los días de lluvia no hay nadie a quien mirar.
Balbucea respuestas cuando le preguntan, tan perdida esta...
- ¡Chiquita linda! deja de mirar así, te vas a quedar sin ojos-
¡estas viejas del barrio que le apagan la ilusión!
Dejen que sea, que sienta, que viva, que observe, que mire, que interprete, se pierda en eso tambien.
Tiene años para recorrer, para hacer, para realizar, para seguir observando. Dejen que disfrute.
Hay tanto por descubrir, y los ruleros en las cabezas de las viejas le cortan el oxigeno a las ideas por eso no pueden ver.
Ella mira y se da cuenta que tiene manchas de pintura hasta en los tobillos. Y se rie de manera pícara como quien posee un secreto especial! Le encanta! Le gusta el traje blanco lleno de colores.
Le gusta ver los matices que el descubre, cuando elige colores, cuando rie solo o canta fuerte.
Lo ve divertido y se divierte. Se rie con el y sigue observando.
Una obra de arte en una pared, que no consigue interpretar.
Y siente que necesita encontrarse. Quizas algún día se descubra en un rincón de la pared, sentada en el cordón de la vereda, sin animarse a cruzar y viendose a ella misma hacer lo mismo otra vez.
Quizas ese día se de cuenta que tiene que pararse, caminar y cruzar.
No la calle, la vida.